"Mientras el Gran Sorete vacaciona en Mar del Plata encarnando el papel de “Bañero más loco del mundo”, escucha de fondo los gritos de los cinco mil santarroseños que gritan en su contra cuando lo llama su camarada -e intendente por unos días- Robin Martínez para preguntarle si necesita algo.
Pero el arte no para de producir. Y eso debe generarle alguna esperanza de supervivencia. Es que en un sector de la Laguna Don Tomás sus pequeños escoltas participan del Fogón de los viernes en la estancia La Malvina. Allí, en una “concurridísima” reunión de “artistas consagrados”, se escuchan algunas zambas (o algo que se parece a eso que se baila con pañuelos), chacareras y canciones.
El viernes 15 uno de los intérpretes fue el cantor folklórico Oscar Ocho A (sí, también es peluquero y además de peinar tiene su agencia de modelos donde desfilan por buenos billetes unas bellas jovencitas). Este estilista, que saltó a la fama por un supuesto episodio íntimo con un payador de voz grueza, agarró otra vez el micrófono con sus dos manos y vanaglorió a los artistas que a la misma hora caminaban por las calles de la ciudad denunciando el tarifazo del Sorete, las políticas de atropello y el intento de vaciamiento del Centro Municipal de Cultura.
“No importa que haya artistas que se quejen, total estamos nosotros para suplir a los que marchan cada viernes en contra del intendente” dijo en un discurso obediente a los ojos de la Gorda Letrina, el Noena Haberkorn y la jovencita Agos Caviatte, hija de Vivy Rodríguez. Esta iniciativa de intentar motorizar la cultura alternativa de los desconocidos de siempre generó algunas caras de asombro en los presentes. Más, tratándose de alguien que es capaz de darse vuelta... cuando le chistan.
En la misma jornada Mariana Colada, expulsada de las locuciones de Música en la Plaza -reemplazada por el inefable, incalificable, impresentable, inacabable, inclasificable y detestable- Pipo Rosse, aceptó participar para bailar por un sueño. O sea, los mismos tipos que te echan te invitan a bailar y ¡aceptás! Una cosa de locos. La brillantez en la locución, la ocurrencia y la chispa al servicio de los espectadores, la puso el bailantero Rody. Es decir, personajes capaces de construir una identidad cultural santarroseña que tanta falta hace".
Publicado por: elsoreteestierno.blogspot.com
Fotografía www.oscarochoa.com.ar
Pero el arte no para de producir. Y eso debe generarle alguna esperanza de supervivencia. Es que en un sector de la Laguna Don Tomás sus pequeños escoltas participan del Fogón de los viernes en la estancia La Malvina. Allí, en una “concurridísima” reunión de “artistas consagrados”, se escuchan algunas zambas (o algo que se parece a eso que se baila con pañuelos), chacareras y canciones.
El viernes 15 uno de los intérpretes fue el cantor folklórico Oscar Ocho A (sí, también es peluquero y además de peinar tiene su agencia de modelos donde desfilan por buenos billetes unas bellas jovencitas). Este estilista, que saltó a la fama por un supuesto episodio íntimo con un payador de voz grueza, agarró otra vez el micrófono con sus dos manos y vanaglorió a los artistas que a la misma hora caminaban por las calles de la ciudad denunciando el tarifazo del Sorete, las políticas de atropello y el intento de vaciamiento del Centro Municipal de Cultura.
“No importa que haya artistas que se quejen, total estamos nosotros para suplir a los que marchan cada viernes en contra del intendente” dijo en un discurso obediente a los ojos de la Gorda Letrina, el Noena Haberkorn y la jovencita Agos Caviatte, hija de Vivy Rodríguez. Esta iniciativa de intentar motorizar la cultura alternativa de los desconocidos de siempre generó algunas caras de asombro en los presentes. Más, tratándose de alguien que es capaz de darse vuelta... cuando le chistan.
En la misma jornada Mariana Colada, expulsada de las locuciones de Música en la Plaza -reemplazada por el inefable, incalificable, impresentable, inacabable, inclasificable y detestable- Pipo Rosse, aceptó participar para bailar por un sueño. O sea, los mismos tipos que te echan te invitan a bailar y ¡aceptás! Una cosa de locos. La brillantez en la locución, la ocurrencia y la chispa al servicio de los espectadores, la puso el bailantero Rody. Es decir, personajes capaces de construir una identidad cultural santarroseña que tanta falta hace".
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Fotografía www.oscarochoa.com.ar
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